Principio Evangelístico

El Evangelismo Personal y la Obra Misionera

Este principio, que es el último, debería ser el que en la práctica más nos caracterizara, y puede definirse en los siguientes conceptos:

– Cada cristiano bautista, un misionero.
– Cada miembro de nuestra iglesia, un evangelista.
– Cada iglesia bautista, una iglesia misionera, una iglesia que se reproduce en nuevas iglesias.

La obra misionera y el evangelismo que expresa La Gran Comisión (Mateo 28:18-20) es la pasión de los bautistas. Creemos en un Dios misionero y somos un pueblo misionero.

Ahora bien, algunas de las implicaciones prácticas de este principio son las siguientes:

ESTILO DE VIDA
Los bautistas creemos que el evangelismo es un estilo de vida y no solo una estrategia específica de un tiempo determinado (Juan 7:38). Nuestra vida es un evangelio que se comunica a los que nos rodean. Cumplimos la Gran Comisión en nuestro transcurrir diario por la vida, compartiendo en forma natural el mensaje sobrenatural de nuestro Señor Jesucristo en nuestros círculos de influencia: familiares, vecinos, amigos, compañeros de trabajo y escuela.

APOYO DENOMINACIONAL
… hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8) es una misión que demanda de nosotros el unirnos en apoyo económico para responder eficientemente a este desafío de nuestro Rey y Señor. Por lo tanto, los cristianos bautistas diezman y las iglesias bautistas aportan a su vez de sus recursos a las entidades denominacionales (Convenciones Regionales, Convención Nacional, Alianza Mundial) para realizar la obra misionera en gran escala, que sería difícil realizar como iglesias locales solitarias.

Plantar nuevas iglesias discipulando a nuevas personas es como los cristianos bautistas expresamos nuestro compromiso con este principio.

LOS SIETE PRINCIPIOS que anteriormente hemos estudiado son la parte más fundamental de NUESTRA ENTIDAD, LA IDENTIDAD BAUTISTA. Algunas otras denominaciones tienen como nosotros algunos de estos principios, pero para nosotros la totalidad de ellos es lo que nos da identidad. Algún creyente o iglesia que no tiene estos principios, o que no tiene uno de ellos, no puede considerarse bautista.

Es por eso entonces tan importante que en estos momentos de efervescencia religiosa nos afiancemos en lo más fundamental de nuestra identidad.

Estudiemos a profundidad nuestros principios, reflexionemos sobre ellos y enseñémoslos a todos los creyentes de nuestra iglesia para solidificar nuestra identidad.

No gastemos tiempo y esfuerzo en contradecir las ideas equivocadas (nueva era, “carismatismo”, espiritualismo, etc.), mejor usemos este tiempo y esfuerzo en enseñar la verdad, de modo que cuando el error pase por enfrente de nosotros podamos descubrirlo, porque la iglesia de dios, según el Apóstol Pablo es: “columna y baluarte de la verdad” (1ª Timoteo 3:15).

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